Una joven sumamente bella, le dice al Párroco del pueblo …
Una joven sumamente bella, le dice al Párroco del pueblo:
– Padrecito, déjeme tomársela con mis manos.
– Hija, tus manos son instrumentos de Dios para que des cariño a tu esposo e hijos -contesta el cura-
– Padrecito, déjeme chupársela!
– Hija ¿cómo me dices eso?, tu boca es un lugar sagrado porque con ella das besos a tus hijos y rezas en las noches -contesta el cura-
– Entonces refriéguemela en las tetas -dice ella-
– Hija, ese lugar es el deposito del sagrado alimento para tus hijos –contesta el cura-
– ¡Métala en mi concha! -grita ella-
– Hija, ese es la ventana de vida que te dio Dios -replica el cura-
– ¡Puta padre, métala donde quiera, pero sáquemela del culo que me cago!
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