Padre me confieso que el otro día me acosté con una jovencita de 15 años y…
– Padre me confieso que el otro día me acosté con una jovencita de 15 años.
– Bueno hijo, tampoco es para tanto. Ya lo dicen las Escrituras: ‘Hay que enseñar al que no sabe’.
– Sí padre, pero después encontré una señora de 65, que estaba de muy buen ver, y no me negué a su proposición.
– Jesucristo dijo: ‘Dad de comer al hambriento’.
– Ya padre, pero lo más grave es que ayer vi a un moro agachado, con el culito todo redondito, y no me pude reprimir.
– ¡Vaya hijo! Eso ya es más complicado… ¿Pero sabes qué te digo?
¡Al que no crea en Dios que le den por culo!!!
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