Historia de un ligue

Historias

Dia 1

Ayer, o el sábado, no lo recuerdo bien, conocí a una tía. El hecho de que no
lo recuerde bien, quiere decir que bebí bastante, pero el hecho de que le diese
mi teléfono indica que aún podía hablar con fluidez, y si ella lo apuntó, es que todavía
no babeaba. O eso, o se lo dió Pacorro. Bueno. Lo que cuenta es que estaba buena, creo.
Ojalá recordase en que bar fue…

Dia 2

¡Me ha llamado!. Aun no puedo abrir la mano de la sorpresa, de modo que el móvil no
se me ha caido como la taza del café. En cuanto pueda mover la otra mano, llamaré a un
colega para contarselo… ¿o debería hacer un mail-bombing a todos?
¿Como ha dicho que se llama? ¿Olga o Sonia? Joder… que memoria. A ver,
que no cunda el pánico. Creo que ha dicho Olga. ¡Y hemos quedado!. De eso estoy
seguro. Hemos quedado. Hemos quedado. Hemos quedado. En el bar del otro día a las 12.
Ya está. Todo apuntado.

(continúa)
Dia 3

¿Donde cojones estará el bar? La cita es el viernes, y yo sin acordarme.
Y Pacorro tampoco se acuerda. Él dice que ponían música de los 80, así que debe de ser fácil
encontrarlo, porque ya quedan muy pocos. Y el condenao tampoco se acuerda de como era Olga (¿o es Sonia?).
Concentración… Un bar con música de los 80, una tía con la que hablo un buen rato, le doy el
teléfono… ya parece que recuerdo algo…

Dia 4

La llamo y le digo que ese bar solo se pone bien los sábados. Ya está. No
se de que me preocupaba. Le digo que los viernes se pone mejor «El Camaleón», y si no le gusta «El
camaleón», entoncés dirá : «Pues no se… me gusta más el…» , y ¡zas! dice el nombre del otro bar y
arreglado. Entonces yo acepto ir al otro bar y quedo como un señor. Soy un genio.

Dia 5

Seré gilipollas. Si no me dió su número. Ahora si que estoy acojonado. La
cita es mañana, y sigo en blanco. He repasado mentalmente lo que hice el sábado y nada. ¿Y si me
emborracho? Dicen que cuando estás borracho te acuerdas de las cosas que hiciste en la última borrachera. (Es
mentira, me lo acabo de inventar, pero es que estoy desesperado). Da igual. Me emborracho de todas formas…

Dia 6

¡Me ha vuelto a llamar! Es que no puede quedar a las 12, y hemos cambiado
la hora a las 12:30. Y me ha funcionado el truco de «El Camaleón». Menos mal que lo tenía ensayado y
me ha quedado perfecto.Bien. Ahora solo queda un detalle sin importancia. No me acuerdo de su cara, y eso
que me emborraché añoche. Pero ya lo tengo pensado. Llego un rato antes, me coloco en un sitio estratégico
en el que pueda ver a la gente que entra, pero pueda fingir que no los veo,por ejemplo de medio lado en la
barra, así cuando ella entre, me verá y me tocará en el hombro:»Hola, ¿llevas mucho tiempo esperando?». Que
bueno soy… ¿Dijo Olga o Sonia?

El gran dia

Por fin la he conocido. Me he llevado un susto de muerte, porque al rato
de llegar al bar me ha tocado en el hombro una… cosa. La tía más fea del bar. Ya me estaba imaginando lo
peor: le di mi número al segundo esperpento más horrendo de la ciudad (al primero ya se lo di hace tres
meses). Pero no, solo quería fuego. Le he regalado hasta el mechero para que se fuese pronto. Y al rato ha
llegado ella.

Ni Olga ni Sonia. Se llama Montse. Menos mal que para eso ya tengo técnica y le he sacado su nombre enseguida.
Son muchos años de práctica: no he conseguido recordar un nombre de tía a la primera desde que tenía 4 años.
La primera hora no ha estado mal. La he invitado a una copa, y hemos hablado de los bares a los que solemos ir,
y de la música que nos gusta, y cosas así. ¡Anda que el Pacorro!…música de los 80… Llevo dos horas
escuchando jazz, pero la tía vale la pena.

De acuerdo a una ley no escrita, cuanto más bebo, más atractiva la encuentro. No me preocupa, porque he
anotado mentalmente, cuando aun estaba sereno, que no esta nada mal. Estoy en la gloria. La tía es guapa,
buena conversadora, bebedora,y yo con mi puntillo alcoholico…o sea , el paraiso.

Hasta que ha llegado la amiga y se ha apalancado entre nosotros. Piensa rápido, ¿que hago?. A ver…, mucho
asco no da, así que podría colocarsela a algún pardillo. Pacorro. Que pague su culpa, es justo.

Le he llamado y me ha parecido que lleva un pedo de los suyos, pero me ha jurado que se le pasa por
el camino. Cuando ha oido que hay una tía para él, enseguida se le ha aclarado la voz, al muy
canalla. Como lo conozco, le esperaré en la puerta del bar, a ver como viene. Las tías están cotilleando
sus cosas, así que tiene para rato y me dará tiempo paraa despejar al mamón del Pacorro.Ya viene por allá…

¡Madre mia, como viene! ¿Que hago yo para poner presentable a este simio alcoholico? … Pues mira,… sin
el vaso de mini en la cabeza y los faldones por dentro, parece otra cosa, y ya hace rato que no se cae. Unos
minutos más de motivación y mentalización y estará preparado para que lo presente a las tías.

Me paso diez minutos insistiéndole para que les diga que se llama Paco, y ya se ha vuelto a presentar
como «Pacorro». Es un animal. Le ha dado dos besos a la amiga que casi la tira de espaldas y … ¿cuando se
ha sacado los faldones? … ¡si he estado vigilando todo el rato!…Bueno, parece que les cae simpático.
¡Hala!, ya se ha vuelto a caer…

Parece que la cosa va bien. Pacorro está entreteniendo a la amiga y yo vuelvo a tener a Montse para mi solo.
Pero, ¿quien ha puesto ese futbolín ahí? No me había fijado al entrar. ¡Que no lo vea Pacorro!. Es capaz de
hacernos jugar, ahora que la conversación está entrando en temas «calentitos».

Jugamos a parejas, yo con Montse, y Pacorro con la amiga. Joder que tetas tiene la amiga, no me había dado
cuenta. Pacorro si que se ha dado cuenta, y no para de mirarlas, con su habilidad y disimulo habituales. A ver
si acabamos ya de una vez, porque se ha quedado libre la mesa del rincón, la que tiene el sofá haciendo esquina.
Si sentamos a las tías enmedio, ya están perdidas. ¡Horror! ¡Pacorro comienza su festival de eructos!. Menos
mal que la amiga le ha reprendido con un tonillo de madre que solo las tías saben poner.

No se como lo ha hecho. Las tías tenían que ponerse enmedio, y Pacorro y yo a los lados. Yo al lado de Montse y
l al lado de la amiga. Pues no. Pacorro me ha dado dos copas, y los abrigos, y un bolso que no era nuestro, y cuando
me he dado cuenta ya estabamos sentados justo al revés de como yo quería. A ver como lo hago para cambiar el sitio
con él.

Pacorro ha contado el chiste del negro que tenía la polla como una barra de pan y ya le ha dado el ataque
de risa bestiaja.¡Y a Montse también!. Debe de estar mirándonos todo el bar… Se parte de risa. Deben de haber
bebido más de la cuenta. Pacorro no para, se descojona como un loco y las coge por los hombros y las
zarandea, y a las tías les hace gracia. Tomo nota mental. Pero, ¿que hace?… ahora está zarandeando a Montse.. la
coge por la cintura y le hace cosquillas… y ella no le para los pies…no.. no.. ¡NOOOOOOOOOOO!…….

Se han enrollado. No puedo creerlo. He repasado mentalmente los hechos y no lo entiendo. Queda conmigo, me paso
dos horas hablando con ella, le busco un acompañante a su amiga, y va y se enrolla con otro. Seré gilipollas, y
encima le he pagado las copas. La amiga me está asustando. Me mira como si fuese una gominola. Se acerca
cada vez más, y no para de frotarme las tetas con la excusa de coger la copa de la mesa. Y estos dos magreandose
al lado…El Pacorro me las pagará. Mira que quitarme el ligue y enrollarse con Olga.. ¿o era Sonia?… No me
había dado cuenta de que aquí ponen música de los 80, aunque no se oye muy bien… Cada vez ponen las copas
menos cargadas: la última me la he bebido de dos tragos, y me he quedado aquí, hundido en el sofá tan blandito y
tan a gusto…Tengo que volver a este sitio, ¿por cierto, como se llama?…

El día después

Por supuesto, me enrollé con la amiga. Esta vez, no es que no me acuerde del nombre, es que ni siquiera he llegado
a saberlo. Soy patético. Y lo peor es que le he dado mi número y se que me va a llamar. A ver si Pacorro sabe
como se llama… Pacorro, que cabrón…¿y que de donde ha salido este bolso?……..

Manza
«Hippies, que sois todos unos hippies…»

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