La cortadora de pepinos

Este era un hombre que trabajaba en una fábrica de enlatados.
Un día le confesó a su mujer que estaba poseído por una terrible obsesión: Un impulso incontrolable de colocar su miembro virin a la cortadora de pepinos.
Espantada, la esposa le sugirió que consultara con un psicólogo.
El marido prometió que lo pensaría, pero continuó repitiéndole y repitiéndole a la esposa el mismo cuento, hasta que ella, aburrida, un día le dijo:
pues mételo en la cortadora de pepinos y no me jodas más, ¡¡¡el pene es tuyo por lo tanto es tu problema!!
Al día siguiente, el marido llegó a casa cabizbajo profundamente abatido:
– ¿Qué pasó, querido? le preguntó la mujer, preparándose para lo peor.
– ¿Te acuerdas de mi obsesión de meter el pene a la cortadora de pepinos?
– ¡Oh, no! – grito la mujer – ¡dime que no hiciste eso!
– ¡Si, lo hice!
– ¿Oh Dios, y qué paso?
– ¡Me despidieron. ..! – respondió el marido..
– ¿Queeee!!! … ¿ y la cortadora de pepinos! ¿que te hizo?, ¿te lastimó?!!
– Noooo, a ella también la despidieron! !
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