Una mañana, está el paisano, tranquilamente sentado, leyendo su periódico, desayunando a cuerpo de rey, cuando su mujer se desliza silenciosamente a su espalda y le suelta un sartenazo…
– !!!AAAAAAy!!! ¿Qué te pasa?
– A ver, grandísimo cabrón. ¿Qué es este papel en el bolsillo de tus pantalones que pone Marilú?
– ¿Qué es?… ¿eh?… mi amor, ¿no te acuerdas que hace dos semanas fui a las carreras de caballos? Marilú es el nombre de una yegua a la que aposté.
La esposa se va, aparentemente satisfecha.
Tres días, después está el hombre sentado muy a gusto, viendo la tele y tomándose un aperitivo, cuando de repente, otro golpe con la sartén en la cabeza.
– ¿Y ahora qué pasó?!
– Nada hombre, que tu yegua te ha llamado por teléfono.
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