Intercambio sexual extraterrestre…
…
Un día llega una nave extraterrestre a la hora de cenar, como los curas, a una aislada casa de campo, como en las películas de terror.
La pareja que vive en la casa sale corriendo al ver las luces, por si les quiere fichar Spielberg o Iker Jiménez para cualquier cosa, y se encuentran con que del artefacto espacial salen dos extraterrestres, hembra y macho, realmente bellos, muy bellos, vamos para follárselos hasta que Orión se quede a oscuras…
La pareja extraterrestre se acerca en son de paz
-Hola, venimos a la tierra en misión cultural, queremos aprender las costumbres terráqueas para contárselas a nuestros congéneres.
Los terráqueos están perplejos y no saben qué contestar. Apenas balbucean
-Pues, es que ahora íbamos a cenar…pasad.
-Excelente, «cenar», curiosa costumbre terráquea…
Se sientan los cuatro a la mesa y cenan en silencio…al acabar la comida, el extraterrestre dice:
-«Cenar» es muy rico, una costumbre que seguro gusta a nuestros congéneres. Ahora en continuación a nuestro intercambio cultural, podríamos hacer un intercambio de parejas, que es una costumbre cultural de nuestro planeta.
Los terráqueos no se lo piensan ni un segundo, de hecho casi responden al mismo tiempo.
-Sí, sí, sí…y en la tierra también….no os vamos a hacer el feo….venga! a la cama!
La mujer se va con el maromo extraterrestre al dormitorio. Se desnudan y la se queda algo desilusionada porque el estupendo extraterrestre tiene un fideo entre las piernas.
El extraterrestre se da cuenta de la cara de decepción y dice:
-No te preocupes.
Se retuerce una oreja y el fideo se alarga hasta las rodillas. Se retuerce la otra oreja y el fideo se convierte en morcilla de Burgos.
La mujer entusiasmada se avalanza sobre el extraterrestre y se pegan toda la noche de intercambio cultural a tope, por lo menos nueve intercambios culturales.
A la mañana siguiente los extraterrestres se despiden educadamente, y dejan a los de la tierra desayunando.
La mujer con una cara de felicidad tremenda, le dice a su marido
-¿Qué tal anoche con la mujer verde?
A lo que el marido responde.
-Bueno…bien….muy guapa….pero rara de narices, se pegó toda la noche retorciéndome las orejas.
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