Un hombre va al mercado y pide 10 céntimos en queso.
Un hombre va al mercado y pide 10 céntimos en queso.
Claro, el tendero se mosquea, porque se ha dejado la lupa en casa, así que lo que hace es darle un papel doblado pero vacío y le cobra los 10 céntimos.
– ¿Pero usted se cree que soy tonto? ¡Aquí no hay nada de queso!
– No, hombre, lo que pasa es que le ha tocado el agujero.
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