Habia una vez un loro que tenia un dueño pelado, y por eso el loro siempre le estaba diciendo:
…Había una vez un loro que tenía un dueño pelado, y por eso el loro siempre le estaba diciendo:
Pelado, pelado, pelado, pelado.
Un día el dueño se cansó que le dijera pelado y le dijo al loro:
¡La próxima vez que me digas pelado te tiro por el inodoro!
Al loro no le importó y le siguió diciendo:
¡Pelado!
Entonces el dueño lo tiró por el inodoro, pero como un loro no entra por el inodoro quedó ahí medio acurrucado.
Un día el dueño va al baño y el loro le dice:
¡Che pelado, te hiciste la raya al medio!
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