Doctora ¿Cómo está mi esposa?
—Doctora ¿Cómo está mi esposa?
—Lo siento, falleció.
—¿Puedo ver su cuerpo?
—Está bien viciosillo, pero debo advertirle que hace mucho no voy al gimnasio.
—Doctora ¿Cómo está mi esposa?
—Lo siento, falleció.
—¿Puedo ver su cuerpo?
—Está bien viciosillo, pero debo advertirle que hace mucho no voy al gimnasio.
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