El chiste del cura gangoso

Pues resulta que estaba un sacerdote gangoso, con ciertos problemas en el habla… sentado en la mesa a punto de almorzar, cuando de repente entra un hombre asustado gritando:
– Padreeee… Padreeeee…. Padree he pecado!
El padre asustado también le responde:
– No, nnno, he pollo!
No hay comentarios