Campanadas a medianoche
Un buen día de éstos en los que surgen esos compromisos de cenas de de fin de año de peñas, de empresas, etc., Pepe se fué con los amigotes de copas, prometiéndole a su mujer, Martina, que estaría de regreso antes de la medianoche.
Pero la fiesta se extiende y le dan las tres de la madrugada.
Llega a casa y, justo en ese momento, el reloj da tres campanadas y él temiendo que su mujer se despierte, imita las campanadas «dang, dang…» nueve veces más para que piense que son las doce de la noche.
A la mañana siguiente Martína le pregunta a que hora llegó……..
Pepe le responde: A medianoche.
Oye Pepe, creo que vamos a tener que comprar otro reloj, le dijo Martina en tono socarrón……..
¿Porqué?, pregunta Pepe.
Sí, es que este debe estar roto……..
¡Pero si da la hora perfectamente!……..
Entonces Martina le dice:
Anoche dió tres campanadas, hizo una pausa, dió otras cuatro campanadas, se puso a vomitar, dió tres campanadas más, se tiró un pedo, dió las dos últimas campanadas y……..
– ¡¡ SE CAGÓ DE LA RISA !! –
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